Hoy, día domingo 27 de septiembre, me han roto el corazón.
Me lo han quebrado, se ha trizado, se ha partido, no sé bien en cuántos pedacitos.
Me siento como cuando era niña, y me enamoraba locamente. Tan locamente que no podía decírselo a nadie, porque, cómo iba a ser? cómo iba alguno de mis amigos, de mis pequeños y jóvenes amigos (tan jóvenes y tan pequeños como yo), comprender algo que ni yo podía poner en palabras?
Sentía que era tan fuerte que me iba a hacer estallar a mí misma, no tenía palabras tan grandes y creo que aún no las tengo, como para describir algo tan eterno, tan inconmensurable... estaba amando al mundo a través de aquél niño, de aquel joven... de aquel hombre.
He sentido como la tierra late a través de mi sangre, como el universo se presenta ante mí, desnudo... a través de los ojos de alguien. Tengo clavadas espinas de ese amor que un humano no debería conocer, porque mi existencia tan ínfima no podía (ni puede) entenderlo, ni mucho menos sobrellevarlo. Me termina lastimando, porque mi capacidad humana no lo puede manejar, es superior a mí.
"Te voy a contar un cuento, como a los niños...
-Ya no va a bailar más princesa, porque se le ha roto el corazón.
-De ahora en adelante todos los que entren al castillo que no tengan corazón"
-Y solo ha sido una frase..
-
Quiero llorar. Dejar húmeda de lágrimas la almohada, como lo hice tantas veces durante mi pubertad y la juventud que le ha seguido a ella.
Me encantaría ser más sabia, más fuerte, más madura. Quisiera poder afrontar de mejor manera todas estas voces, de vivos y muertos. Quisiera saber cómo dirigir toda esta energía a amar a todos los seres.
Porque por la cresta que lo intento. Todos los días, sí, todos son una lucha... contra aquello que no quiero seguir siendo.
Ya no quiero tener aquel vicio de superioridad manoseada. Ya no quiero esconderme. Cómo lo hacías tú, amado hombre celeste y morado? dime cómo sobrevivías... -siendo de todos los colores del universo-...
Leer sirve, creo. Recorrer también... negarse poco, también...
Pero esta soledad, amado ser, que me corroe... esta soledad interior, la seguridad de saber que muy pocas veces alguien ha sido capaz de tocarme el alma...
Cántame antes de dormir, por favor?
Apiádense de mí, astros! maravillosos árboles... perfectos animales...
Es que nada cala tan hondo?
Es que TODO cala hondo en mí, es ese el problema?
Me siento como cuando era pequeña, y una sola mirada me hacía temblar. Bueno, aún me sucede... pero ahora me siento más fría, más quieta, más... sigilosa.
Quiero abrir mi corazón, y mi alma. Y no puedo, y me niego, y me tacho a mí misma, pensando que todo esto está mal, y que tengo que obligarme a hacer cosas todos los días, caminar, levantarme, como todos... hablar casi las mismas cosas que todos... reír, de aquello que suelen reírse quiénes amo.
Pero sé que no es suficiente para el hambre que tengo... "hambre de vivir como el sol en la gracia del aire, eternamente..." (será distinto sentir la poesía, de vivirla, acaso?)
Me balanceo de un punto a otro en confusión, porque... en medio de mi llanto todo parece tan hermoso, todo está tan delicadamente puesto, hilado, como el sonido de una tecla del piano tras otra en un nocturno... caminar hoy, unos pasos frágiles, fue la más bella caminata de mi vida... mañana tendré otra, lo sé... mientras siga siendo presente...
Todo este escrito se merece una canción maravillosa sobre amor.
<3 div="">
3>
3>
Gracias por sintonizar nostalgias de Katherine.
Saludos a todxs lxs que lean.