He esperado aquí por siempre.
Bajo la esfera tornasol giratoria
que me mira con indiferencia.
Pestañeo lento,
había que permitirse
darse permiso
para ser humano
Para humanizar el espacio
Para abrazar lo básico
pero también lo divino
Dios sabe cuánto he tratado
cuánto he callado
cuánto he llorado
Cuánto he esperado
Los portales se abren
el tiempo se detiene
y el tránsito es ida y vuelta
Y yo ya no tengo 26 años
Tengo miles
Millones de amaneceres han quemado mi mirada
Centenares de anocheceres me han desvelado el alma
Decenas de muertes me han acompañado
Un par de seres han hecho brillar mi corazón
Y solo una presencia me ha calmado.
Una sola presencia que son millones,
porque infinitas son las partículas del sol
y del amor.
Cómo aceptar que todo ocurra,
como si nada
Si ya mis sueños, plagados de visiones
me han mostrado lo que ocurrirá.
¿O son estas imágenes espejismos,
viles engaños del sueño del monstruo?
Si la ruleta que llevo dentro del torso
ha girado eternamente
y se encuentra cargada de respuestas
que no hacen más que confundirme
Cómo abrazar la calma
Señor,
Si una nube en mi entrecejo
ha sido tocada por los relámpagos
Y ya no puede descargarse
Ni descansar
De dónde viene este sentir ineludible
esta fuerza primordial
que encierra todo lo profundo
para que parezca superficial.
Míseras gotas de agua
Pedazos de papel gastado,
Una caminata bajo el sol otoñal,
Un bote viejo flotando en la inmensidad del mar