Nuevamente vuelvo aquí ante mi incapacidad momentánea de lidiar con la crudeza del mundo.
Todo lo que yo he encontrado significativo en esta vida parece a veces no importar a la marea de acontecimientos, y a las personas que habitan este mundo.
Creo que a todos nos pasa, ¿no? Que a veces la vida es demasiado y necesitas vías de escape.
Dormir, escuchar música (alegre, maniática, o triste, a gusto del individuo), salir de tu casa a pasear, irte de viaje (largo o corto, interior o exteriormente), drogarte, alcoholizarte, bailar sin parar, tener sexo (o bien hacer el amor), masturbarte, gritar como loca, culpar a alguien, abrazar a alguien, llorar con alguien, llorar sola, aislarte de toda interacción (virtual o física), escribir. Escribir luego de haber intentado muchas de las otras opciones aquí escritas, o no escritas. En eso estoy.
Hay más respuesta que ser fuerte y aguantarlo todo, acaso?
Sinceramente agradecería si algún@ lector@ me respondiera a esto con su experiencia o punto de vista. Como que lo necesito. Un diálogo, alguna palabra iluminadora de alguien que agarre sus atados de manera distinta que yo.
La salida es siempre a través del problema?
Debemos todos tener un temple siempre lleno de dignidad, de consecuencia, de templanza, de sobriedad, y de calma?
Me están pasando cosas complejas. Siento que la vida realmente te va probando. Que algo se acuerda de todas las sentencias que has hecho, de todos los deseos que has pedido al viento, y te los devuelve, aplastándote. Obligándote a oír una voz que parece decirte: ¿No querías tanto esto? Hazte cargo.
Hacerse cargo. Pero es que rara vez alguien se hace cargo. Al menos eso me parece ver a mí, que muchas personas toman decisiones aleatorias, o que van viendo cómo se va dando todo, dejándose llevar. Sin hacerse cargo de consecuencias. Incluso reclamando por ellas. Es acaso eso lo que estoy haciendo? Alargando un quejido al infinito?
Recuerdo que me parece valioso hacer lo que a una le parezca bien. Después de todo la vida es de una. Eso me consuela un poco. Que puedo justificarme a mí misma sintiendo que puedo y quiero cumplir mis sueños, ir hacia ellos. Y que lo que hago, incluyendo los problemas que se generan a partir de lo que hago, son parte del camino a ese sueño. El camino que nunca se acaba.
Pero es que soy frágil. Más de una persona me ha dicho que yo soy fuerte, mental, emocional y físicamente... yo no estoy tan segura de eso.
También recuerdo que el trabajo nos hace bien, y que nos empodera y nos libera. Ya sé, no nos libera de lo esclavizante que es el trabajo actualmente. Pero sí nos da un sentido de auto-valor. De poder tomar decisiones por una misma. Y eso también me consuela.
Hay algo en mí que nunca ha aceptado esta realidad. Es como una pesadilla que no se acaba. Que cada cierto tiempo regresa, un abismo que llama. Y que me quita fuerzas. Fuerzas que ahora necesito con urgencia.
No quiero despotricar contra el mundo, ni contra nadie en especial. No hoy.
Necesitaba liberar un poco de presión, que estoy bajo mucha.
Abrazos, estimad@s.
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